Lupita Hernández

In Loving Memory of Lupita Hernández Born in Tulcán, Ecuador, on May 13, 1949 Lupita Hernández’s life was a testimony to love, strength, and unwavering dedication. She spent her childhood in the beautiful city of Ibarra, where she began her journey toward becoming the remarkable woman we all admired. Later, her family settled in Machachi, a place that marked the beginning of new chapters in her life. She was an extraordinary mother, the cornerstone of her family, and the heart that brought her children—Mónica, Verónica, Catalina, Mauricio, Mireya, and Andrés—together. With wisdom and unconditional love, she guided each of them through life, becoming their rock and source of strength. After the loss of her life partner, Lupita showcased incredible resilience. She worked as a cashier at Tesalia Spring Company, where her hard work and tireless dedication led her to a well-deserved retirement. But Lupita didn’t stop there. Determined to stay close to her loved ones, she embarked on a new journey to the United States. What started as a visit to her children became a dream fulfilled: she established her residence in Pittsfield, once again proving her determination to keep her family united. Lupita was a true fighter. She faced her battle with cancer with remarkable courage, inspiring everyone around her. Her optimism, unshakable faith, and radiant smile remained her trademarks until the very end. Today, we celebrate a woman who taught us never to give up, to face life with hope, and to cherish every moment with those we love. Lupita Hernández left an indelible mark on the hearts of everyone who knew her, and her love will continue to guide us forever. Rest in peace, dear Lupita. Your light and your example will live on in our hearts eternally. En Memoria de Lupita Hernández Nacida en Tulcán, Ecuador, el 13 de mayo de 1949 La vida de Lupita Hernández fue un testimonio de amor, fortaleza y dedicación. Pasó su infancia en la hermosa ciudad de Ibarra, donde dio sus primeros pasos hacia la mujer valiente que siempre sería. Más tarde, su familia se radicó en Machachi, un lugar que marcaría el inicio de nuevos capítulos en su vida. Fue una madre ejemplar, el pilar de su hogar, y el corazón que unió a sus hijos: Mónica, Verónica, Catalina, Mauricio, Mireya y Andrés. Con sabiduría y amor incondicional, guió a cada uno de ellos por el camino de la vida, convirtiéndose en el refugio y fuerza que todos necesitaban. Tras la pérdida de su compañero de vida, Lupita demostró una resiliencia admirable. Trabajó como cajera en Tesalia Spring Company, donde su dedicación y esfuerzo incansable le permitieron alcanzar su jubilación. Pero Lupita no se detuvo ahí. Decidida a estar cerca de sus seres queridos, emprendió un nuevo camino hacia los Estados Unidos. Lo que comenzó como una visita para ver a sus hijos, se convirtió en una meta lograda: estableció su residencia en Pittsfield, mostrando una vez más su determinación para mantener a su familia unida. Lupita fue una luchadora incansable. Enfrentó la enfermedad del cáncer con una fortaleza que inspiró a todos los que la rodeaban. Su optimismo, su fe inquebrantable y esa sonrisa que siempre iluminaba su rostro fueron su legado hasta el final. Hoy recordamos a una mujer que nos enseñó a no rendirnos, a enfrentar la vida con esperanza y a valorar cada momento con nuestros seres queridos. Lupita Hernández dejó huellas imborrables en los corazones de quienes la conocieron, y su amor seguirá guiándonos siempre. Descansa en paz, querida Lupita. Tu luz y tu ejemplo vivirán eternamente en nosotros

Lupita Hernández

May 13, 1949 - December 25, 2024